Ene8

El mozo libra por tablas –diez, en concreto– la embestida salvaje, dura, nacida de los riñones y rematada en las puntas de los pitones con la maquinaria del cuello funcionando a pleno rendimiento: el morro por delante como recurso añadido. El juego del sube y baja de cada capea. Dos estribos, colocados cada tres tablas contando desde el suelo, como única arma para la defensa. La maraña de pies arriba como colofón. Faltan 52 días.

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