ALBERTO MATEOS: ENCIERRO DEL LUNES DE CARNAVAL (12 de Febrero)
Encaste: Baltasar Ibán.
Asociación: Unión de Criadores de Toros de Lidia.
Finca: ‘Izcalina de Abajo’, Valdelosa (Salamanca).
Divisa: Blanca y negra.
Señal oreja: hendido en ambas.
Alberto Mateos cotizó el pasado Carnaval al alza en Ciudad Rodrigo, y por ello repite en 2018. Buen sabor de boca. Los toros de la Izcalina (Valdelosa, Salamanca) aterrizaron como ‘tapados’ y, sin embargo, el estreno no pudo ser mejor: un encierro ni rápido no largo. Exacto. Milimétrico en tiempo y forma. Los toros [el sexteto lo componían cinco toros negros y uno colorado: Almires, Agualimpia, Gallero, Andaliz, Brasileño y Gavilán, por nombre] orientados desde la misma salida de los corrales de la calle Duero; pero, a la vez, galopando. Miradas de cortar la respiración. En el Registro cambió la película: los toros, ya sin bueyes, se pararon. Casi en seco. Como un frenazo. Culata contra culta, en posición defensiva. Guerra de guerrillas después. Y de ahí, hasta la Plaza. Una gozada.
No había precedente alguno de toros con sangre Baltasar Ibán en el Carnaval de Ciudad Rodrigo desde el año 2000. Un encaste más a sumar a la amplia variedad ganadera vista por las calles de Miróbriga a lo largo de 18 carnavales: Vega Villar, Albaserrada, Santa Coloma, Atanasio Fernández [que fue la sangre que descorchó el Carnaval en el siglo XXI en la primera capea nocturna del milenio: dos toros de Rivera de Campocerrado], Lisardo Sánchez, Juan Pedro Domecq (en todas sus vertientes: la más destacada la Aldeanueva), Núñez, Contreras, Osborne, Veragua, Conde de la Corte, Casta Navarra, Murube, Gallardo, Urcola, Coquilla, Ibarra, Torrestrella e incluidas sangres tan genuinas como las de Antonio Pérez y Guardiola. En total, 21 encastes distintos han corrido el encierro de Ciudad Rodrigo en este siglo. Lo que se dice, variedad.
Vuelta a Baltasar Ibán: en la capea hubo movilidad; y más. En distintas vertientes. Dureza también: una cornada grave en la prueba vespertina. Llegaron a rebañar los burladeros. Barrer, que se dice, pero con mordiente. Los desencierros culminaron el estreno: los toros crecidos en Los Pinos. Rematando la función.
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