La calle Madrid se descubre en añeja y bella composición: una muralla dentro de murallas bloquea la salida hacia la Puerta del Conde. La voraz arrancada del toro abre brecha hacia el frente, camino de la Plaza. No hay defensa posible que no sea la de retar al toro. La carrera de los mozos, por tanto, se hace inevitable. En los terrenos de fuego y lava. Faltan 58 días.
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