Fuente: Juan Tómas Muñoz Garzón
A veces, por la fuerza de la costumbre, creemos que lo que vemos ha estado ahí siempre, que fuera patrimonio de todos y que formara parte del acervo. Aunque sea una perogrullada, todo tiene su origen, pero no siempre es conocido, sobre todo para aquellos que nacieron y han vivido con ello.
Eso pasa, por ejemplo, con el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo. Cierto es que los rodericenses cuentan con una densa historia taurina, con muchos y llamativos capítulos vinculados al mundo de los toros y de la fiesta en general. Pero la conjunción de Carnaval y toro no es oficial hasta que el Consistorio de 1732, presidido por Bartolomé Antonio Valiente, abogado de los Reales Consejos, alcalde mayor y teniente de corregidor de Ciudad Rodrigo y su Tierra, así lo decide. Después, con altibajos, sin una constatada continuidad, se han venido celebrando encierros, capeas, corridas o novilladas durante los tres días de antruejo, porque el Carnaval siempre se había celebrado en Ciudad Rodrigo de domingo a martes.
La introducción del Sábado de Carnaval en el programa festivo –taurino- por antonomasia de Ciudad Rodrigo no se produce hasta 1948, aunque se crea que es algo que siempre estuvo ahí. Y se hace como algo excepcional, ya que, como refieren los carteles de ese año, el domingo se celebraría la “primera corrida tradicional”, que continuaría el lunes con la segunda y el martes con la tercera.
Aquel año, 1948, se decidió que las Fiestas Tradicionales de Ciudad Rodrigo -el Generalísimo había prohibido el Carnaval- comenzasen en la jornada sabatina, día 7 de febrero, con un “gran festival taurino a beneficio del Asilo de Ancianos y Hospital de la Pasión”, que se mantuvo con esta o similar denominación hasta hace un par de décadas.
El pasado antruejo se han cumplido, pues, 66 años de que el ahora Carnaval del Toro se iniciase en sábado y que tuviera lugar ese día el primer festival benéfico vinculado al antruejo mirobrigense.
Recordaremos que ese festival se nutrió con seis toros donados por señeros ganaderos del Campo Charro en aquel entonces, caso de Atanasio Fernández, Hermanos Rodríguez Pacheco, señores García, Jesús Sánchez Arjona, José Manuel Rodríguez y José Matías Bernardo.
De la lidia de los astados se encargaron los toreros Luis Mata, Antoñito Caro, Antonio Sánchez de Sepúlveda y el espada portugués Etelvino Laureano, actuando también los novilleros locales Manolito Santos y Emilio Martín Acicolla, el Titi, una pareja que había debutado en el Carnaval mirobrigense en 1936. Como sobresaliente de espada se anunció a Manuel García Beloña.
Como recuerdo de aquel antruejo, ya ceñidos a las corridas tradicionales, el Domingo de Carnaval actuaron los novilleros Carlitos Jiménez y José Noqué, que mataron novillos de Aurelio Alaejos, de Valverde; el lunes actuarían Adolfo de la Fuente y Antonio Luque Gago, matando novillos de Leandro Castaño; y el Martes de Carnaval Luis Mata y Valerito III lidiarían novillos de Narciso Alaejos. Como sobresaliente para los tres festejos actuó Juan Antonio Hernández Lucas.
Fotografía aportada por Carlos Vidriales García
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