La Navidad cabe en el minúsculo y humilde Portal de Belén. Ahí nació hace 2018 años. La Navidad también cabe en su representación charra bajo los soportales de la Casa Consistorial. La Navidad cabe en un paseo por las viejas y solombrías calles de Miróbriga, hoy. Por otro, junto a la ribera del Águeda. La Navidad sabe a polvorón y mazapán. A abrazos sentidos. A sonrisas que parecen que van a ser eternas.
La Navidad tiene cabida entre la niebla de estos días. La Navidad también cabe en una nevada. La misma nevada que unió al buey del pesebre y el pino (en estamapa navideña) con nuestro Toro en una jornada de Carnaval cualquiera. La Navidad aglutina todo. Es la Navidad. ¡FELIZ NAVIDAD!
PD: Despedimos este post con un clásico: nuestra versión ‘navideña’ -swing, en realidad- de la Campana Gorda made in Los Routiers. La ponemos todos los años. Del mismo modo que se repiten los billancicos: nos embarga de emoción
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