El Desencierro es único. Inigualable. Irrepetible. La esencia de que el ganado deshaga sus pasos. Los Pinos toman la palabra. El toro frenado. Engallado. En su territorio. El suelo favorable pidiendo valientes antes de encarar los últimos 200 metros. Renegando de ellos. Clara resistencia a ceder su dominio. El reinado del toro, en su más legítima expresión.
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