El contraluz de los artesanos en plena faena agranda la leyenda seis veces centenaria del montaje de los tablaos. La silueta perfectamente definida. Nítida. Su orquesta sinfónica no tiene parangón: “Clava. Clava. Clava…”, reza el martilleo constante en el ir y venir de maderas y puntas. Son los primeros latidos del corazón mismo del Carnaval. ¡Faltan seis días!
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