El óxido ha devorado la aguja ciega del inicio de la carrera hasta formar un perfecto signo de exclamación. ¡Toro va!, parece gritarse por esa rendija. O simplemente, un castizo “¡Dong!” del reloj suelto, que viene a significar lo mismo en el lenguaje del Carnaval de Miróbriga. La cogollo de pelo de la cola se abre y se extiende ondulado al mismo tiempo que le toro se empuja de los pechos y los riñones para hacer erguida y enhiesta presentación en su Carnaval. Faltan 19 días.
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