Feb18-Emilio
La capea se torna en monumento. Sin alharaca alguna. Sin la necesidad del recurso fácil de la reolina. El blasón en piedra esquinado sobre la casa del primer Marqués de Cerralbo; los motivos vegetales esculpidos sobre la fachada son parte del señorío que absorbe la Plaza del Carnaval. El derechazo de limpio trazo se asienta sobre la cadera del maletilla; cuatro muletas más y un capote esperan su turno para cincelar otra obra distinta que sumar a la prueba. Faltan 11 días.

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